1984

Desde la distopía...
1984 sitúa su acción en un Estado totalitario. Como explica O´Brien, el astuto y misterioso miembro de la dirección del partido dominante, el poder es el valor absoluto y único: para conquistarlo no hay nada en el mundo que no deba ser sacrificado y, una vez alcanzado, nada queda de importante en la vida a no ser la voluntad de conservarlo a cualquier precio. La vigilancia despiadada de este Superestado he llegado a apoderarse de la vida y la conciencia de sus súbditos, interviniendo incluso y sobre todo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos.

Lolita

Amor y perversión...
Nada más pernicioso con respecto a Lolita que situarla en la poblada península de los libros eróticos: es, sobre todo, una monumental historia de amor imposible, prohibido, destinado al fracaso, además de un fascinante examen de los fantasmas que dominan la existencia del protagonista y la vivisección extraordinaria de una adolescente que va cobrando certeza de su hermosura (es decir, de su poder) y cuya perversión nos parece tan natural como endiabladamente encantadora.